Desde ahora, los taxistas turcos deberán pedir a todos los pasajeros extranjeros su documentación, según una nueva regulación aprobada por el Ministerio del Interior de Turquía, que estipula que aquellos conductores de taxi que no verifiquen que sus viajeros cuentan con documentos en regla antes de realizar un viaje, podrán ser acusados de “tráfico de inmigrantes”.
El diario turco Milliyet publicaba ayer la noticia, señalando que la nueva normativa ya ha sido remitida a las asociaciones de taxistas para su complimiento por parte de las autoridades de inmigración de las 81 provincias. Eso sí, sólo será obligatorio pedir la documentación oficial a los pasajeros extranjeros que vayan a realizar un viaje en taxi a otra provincia.
En el caso de los refugiados sirios, que en Turquía tienen un estatus de protección especial reconocido a través de un documento de identidad proporcionado por las oficinas de inmigración, deberán obtener a partir de ahora un “permiso de viaje” para poder realizar desplazamientos entre ciudades.
La nueva regulación indica que el taxista no podrá iniciar el viaje sin haber comprobado visualmente que el viajero cuenta con ambos documentos, o de lo contrario “será multado” y “acusado de tráfico de inmigrantes”. Si el pasajero extranjero es un turista, en este caso deberá “mostrar el pasaporte” para poder iniciar el trayecto hacia otra ciudad.
En el caso de los pasajeros extranjeros que hayan entrado legalmente en Turquía con la intención de vivir en el país, y que hayan solicitado un permiso de residencia, deberán mostrar a los taxistas turcos además de su documentación de identificación (pasaporte) el justificante de haber presentado la solicitud para su permiso de residencia en el país, según explica el periódico.
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