Los recientes terremotos en Turquía han desatado una honda preocupación y cierto pánico entre la población acerca de la resistencia de los edificios ante un posible seísmo. A la vez que se dispara la emigración de personas que buscan salir de ciudades como Estambul para trasladarse a zonas de menor riesgo de terremotos, muchas edificaciones están siendo revisadas apresuradamente para detectar posibles problemas estructurales, incluyendo oficinas públicas, hospitales y colegios.
Informes de expertos aseguran que 4.159 colegios en todo el país están en alto riesgo y 191 están construidos sobre fallas tectónicas, lo que está obligando a evacuar decenas de colegios e institutos de secundaria y a trasladar a sus alumnos a otros centros, que están teniendo que impartir clases de mañana y tarde para poder acogerlos. Por ahora ya han sido evacuados 93 colegios en Estambul, 6 en Ankara, 8 en Izmir, 28 en Manisa, 5 en Tekirdağ, 3 en Aksaray, otros 3 en Hakkari, y uno en Edirne. Al mismo tiempo, más de 4.000 profesores han solicitado ser trasladados desde la región de los últimos terremotos a otras provincias.
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