Fuerzas del régimen sirio apoyadas por cientos de bombardeos de la aviación rusa y milicias chiíes del grupo libanés Hezbolá tomaron por completo el domingo el control de la ciudad siria de Tadmur y de las ruinas anexas de la antigua ciudad de Palmira, ubicada en la provincia de Homs, tras intensos combates con militantes del autoproclamado Estado Islámico (Daesh, en árabe), que se hizo con el control de la localidad hace casi un año.
Según informaron fuentes locales, la aviación rusa habría llevado a cabo más de 200 ataques aéreos contra objetivos del Daesh en la ciudad como parte de la ofensiva, obligando a los militantes armados del grupo a retirarse hacia el este.
Informaciones proporcionadas por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) indicaron precisamente que el domingo por la mañana aún podían escucharse disparos al este de la ciudad de Tadmur así como en la antigua prisión militar, pero la mayoría de las fuerzas del Daesh parecen haberse retirado y cientos de sus miembros han muerto en los combates, afirmó el OSDH.
Cientos de miembros de las milicias chiíes de Hezbolá, una facción libanesa aliada del régimen alauita de Bashar al-Assad, habrían tomado parte en la ofensiva para recapturar Tadmur y las ruinas de Palmira; una victoria que le da precisamente a Assad una carta a su favor para presentarse como el único capaz de hacer frente al Daesh de cara a las negociaciones de paz con la oposición siria.
Las ruinas de la antigua Palmira, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y con miles de años de historia, fueron capturadas el 20 de mayo de 2015 por el Daesh tras la retirada de la guarnición siria de la zona. Durante la ocupación, los militantes del grupo terrorista convirtieron el antiguo teatro en lugar de ejecuciones públicas –incluyendo la del antiguo director del yacimiento, Khaled Asaad- y destruyeron numerosos restos y monumentos.
Un mes después de la ocupación el Daesh destruyó con explosivos el Templo de Baalshamin y posteriormente el Templo de Baal, y posteriormente tres importantes tumbas-torre, entre ellas la de Elahbel.
Las primeras informaciones apuntan a que tras la reconquista de la ciudad por las tropa sirias se habrían constatado daños en las murallas de la ciudadela medieval, mientras que imágenes difundidas por la televisión siria mostraron el museo de Palmira completamente destrozado, con antiguas columnas y esculturas –aquellas que no pudieron ser evacuadas antes de la caída de la ciudad en manos del Daesh- rotas y esparcidas por el suelo.
Antes de la guerra civil que asola Siria desde 2011, y que ha dejado más de medio millón de muertos y convertido a la mitad de la población siria en desplazados internos o refugiados en otros países, Palmira era uno de los principales atractivos turísticos del país. “Intentaremos reconstruirla… Pero no será como antes”, declaró a los medios el domingo el director general de antigüedades de Siria, Maamoun Abdulkarim.
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