El Consejo de Representantes de Irak (parlamento) votó el martes por mayoría a favor de rechazar el referéndum de independencia que el Gobierno Regional Kurdo (KRG, por sus siglas en inglés) pretende realizar el próximo 25 de septiembre, y al que se oponen no sólo Bagdad sino también Irán y Turquía.
En una sesión en la que los diputados kurdos del parlamento iraquí abandonaron la cámara, el hemiciclo votó por mayoría rechazar el desafío independentista planteado por el presidente del KRG, Masud Barzani, autorizando al primer ministro iraquí Haider al-Abadi a tomar todas las medidas necesarias para preservar la unidad nacional.
Uno de los diputados que abandonó la votación, Majid Shingali, aseguró sin embargo en declaraciones a agencias que la decisión adoptada el martes no tenía ninguna validez para los kurdos iraquíes, y que el referéndum seguiría adelante según lo previsto. “No aceptamos esta decisión y no la aplicaremos”, declaró.
Con una población estimada en algo más de 5 millones de habitantes, el llamado Kurdistán iraquí goza desde hace años de una importante autonomía del gobierno central de Bagdad que incluye su propio parlamento y fuerzas armadas, los “peshmerga”; durante los últimos años y especialmente bajo el gobierno del primer ministro iraquí Nuri al-Maliki, las tensiones entre Bagdad y Arbil por las políticas sectarias de Al-Maliki y el control de los recursos petrolíferos alcanzaron su máximo, acercando al KRG más a su vecina Turquía, con la que desde entonces ha mantenido crecientes lazos políticos y económicos.
El surgimiento en 2014 del autoproclamado Estado Islámico (Daesh) en la región y su conquista de amplias extensiones de territorio en el norte y oeste de Irak, unido a la salida del poder de Al-Maliki, llevaron a Arbil y Bagdad a dejar a un lado sus diferencias para centrar sus esfuerzos en la lucha contra el Daesh.
Sin embargo el importante papel desempeñado por las fuerzas kurdas peshmerga en el norte de Irak ha servido para acrecentar viejas disputas territoriales como la relativa a la soberanía sobre Kirkuk, una ciudad rica en recursos petrolíferos del norte del país oficialmente bajo soberanía del gobierno central de Bagdad pero controlada desde 2014 por Arbil. El consejo provincial de Kirkuk anunció el pasado abril que se unirá al referéndum de independencia del 25 de septiembre, en una decisión que fue rechazada por los representantes turcomanos y árabes, las dos principales minorías de la provincia.
Turquía y otros países como Estados Unidos temen que el referéndum independentista en el Kurdistán iraquí pueda desatar nuevos conflictos en la región en un momento en que esta zona de Oriente Medio aún está intentando recuperarse de las consecuencias de varios años de dominio del Daesh, y de una ofensiva contra el grupo en el norte de Irak enormemente costosa en términos tanto económicos como de vidas humanas.
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