Una familia de nacionalidad turca que había viajado a la ciudad de Tesalónica, al norte de Grecia, para pasar el fin de semana, sufrió un grave ataque por parte de un grupo de nacionalistas griegos que se manifestaban contra el reciente acuerdo sobre el cambio de nombre de la vecina República de Macedonia.
Según informó la prensa turca Mehmet Özeren, un hombre de nacionalidad turca, había llegado el sábado a Tesalónica para pasar unos días de vacaciones en compañía de su mujer y sus dos hijos. Tras aparcar su vehículo en la céntrica Avenida Tsimiski, la familia al completo dio un paseo por el paseo marítimo de la ciudad.
Fue al regresar a su coche para dirigirse al hotel que habían reservado cuando se toparon con una manifestación de unos 5.000 griegos ultranacionalistas que bajo el lema “Macedonia es griega” coreaban consignas contra el reciente acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Atenas y Skopie, por el cual la exrepública yugoslava de Macedonia –nombre que recibe también la región griega cuya capital es Tesalónica- será reconocida oficialmente por el gobierno griego con el nombre de Macedonia del Norte.
Los manifestantes se enfrentaron a la policía y causaron numerosos destrozos tanto en vehículos como en tiendas cercanas, según informó la prensa local. De acuerdo al relató del propio Özeren, fue al ver a su familia cuando uno de los manifestantes gritó “¡Esos son macedonios!”, al parecer porque la mujer y una hija de Özeren se cubrían la cabeza con el tradicional velo islámico.
De inmediato se produjo una tensa escena en la que un grupo de entre 15 y 20 manifestantes que llevaban el rostro cubierto y portaban banderas griegas comenzó a perseguir a la familia, que comenzó entonces a huir del lugar seguida por el grupo de fanáticos.
“Corrimos por nuestras vidas”, contó Özeren, explicando que pudieron refugiarse entrando en un bloque de viviendas mientras eran perseguidos. Fue precisamente uno de los residentes griegos del edificio quien intervino para salvar la vida a la familia turca, primero haciendo frente a los radicales mientras intentan romper el portal para acceder al interior y cogerlos, y luego dándoles refugio en su propia casa.
Desde allí la familia turca pudo telefonear al consulado que Turquía tiene en Tesalónica, y efectivos de la policía griega se desplazaron hasta el lugar para dispersar a los atacantes y trasladar a un lugar seguro a la familia.
Antes de prestar testimonio en comisaría, se dirigieron al lugar donde habían aparcado su vehículo, que encontraron lleno de golpes y con todas las lunas rotas, la matrícula arrancada y con pintadas. Aunque finalmente no sufrieron heridas, el trauma hizo que la familia regresara el domingo a Turquía aún con el miedo en el cuerpo. Tras conocer la noticia, el alcalde de Tesalónica ha condenado duramente los hechos.
“Faltó poco para que nos lincharan. Mi esposa y mi hija aún están en estado de shock. No sufrimos violencia pero pasamos mucho miedo. Les estamos agradecidos a los dueños de la vivienda que nos ayudaron”, dijo Özeren en declaraciones recogidas por el diario Hürriyet.
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