El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan afirmó el domingo que Turquía está siguiendo con gran preocupación los sucesos y las posibles consecuencias tras el asesinato en Bagdad a manos de Estados Unidos del general Qasem Soleimani, considerado el hombre más poderoso de Irán tras el ayatolá Jamenei y un héroe nacional en su país.
"Matar a un comandante de alto rango de un país, de un Estado, no quedará sin respuesta", aseguró Erdoğan en una entrevista televisada emitida a última hora del domingo por la cadena privada CNN Türk, haciéndose así eco de la promesa de Jamenei de que habrá "venganza" por el asesinato de Soleimani.
Sobre este asunto, el presidente turco subrayó que es vital que Estados Unidos e Irán den pasos en pro de reducir la tensión para evitar una escalada bélica en la ya de por sí inestable región de Oriente Medio, para lo que Turquía está movilizando su diplomacia.
Erdoğan: "Nosotros también quedamos impactados por la noticia"
"Pedí a Trump que ejerciera la moderación con Irán en una llamada telefónica que tuvo lugar 4 ó 5 horas antes del ataque. Nosotros también quedamos impactados al recibir la noticia", confesó el dirigente turco, quien reconoció temer las consecuencias que pueda traer el peor ataque que ha sufrido el régimen iraní en los últimos años. A ello hay que sumar -agregó Erdoğan- el riesgo que supone convertir Irak en zona de conflicto entre EE.UU. e Irán.
Erdoğan confirmó el despliegue de tropas turcas en Libia y recordó que actualmente hay 2.500 miembros del grupo paramilitar ruso Wagner en el país magrebí, así como miles de hombres armados de otros países africanos. "¿Por qué no deberíamos acudir cuando el gobierno legítimo (libio) nos lo ha pedido?", se preguntó el presidente turco aludiendo a las críticas de la oposición.
El ataque de Estados Unidos podría ser la Caja de Pandora para Oriente Medio
El ataque perpetrado en Bagdad con drones contra Soleimani, general de división y comandante de la poderosa Fuerza Quds, y en el que murió también Abu Mahdi al-Muhandis, líder de la milicia iraquí pro iraní Fuerzas de Movilización Popular, ha disparado las tensiones en la región y ha puesto en alerta a Estados Unidos y sus aliados, incluyendo Arabia Saudí e Israel, ante la amenaza de una represalia contundente por parte de Teherán y sus afines.
Erdoğan ha mantenido durante el fin de semana conversaciones telefónicas con el presidente iraní Hasan Rouhani, así como con el presidente de Irak, cuyo gobierno se ha mostrado a favor de la expulsión del país de todas las tropas estadounidenses. Ankara teme que el ataque ordenado por Washington pueda ser la Caja de Pandora que desate consecuencias indeseables en una región ya de por sí muy inestable.
Una de las primeras consecuencias es el anuncio hecho el domingo por Teherán de que ya no se considera vinculado a ninguno de los compromisos adquiridos en el acuerdo de 2015 sobre su controvertido programa nuclear, lo que implica que podría reanudar la producción de uranio en suficientes cantidades para construir una arma atómica.
Aunque Irán insiste en que su intención no es construir una bomba atómica, una medida así podría ser la chispa que llevase al gran aliado de Estados Unidos en Oriente Medio, Israel, a lanzar un gran ataque preventivo contra territorio iraní, puesto que el gobierno israelí siempre ha sostenido que jamás permitirá que los iraníes tengan capacidad para construir un arma nuclear.
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