El primer ministro armenio Nikol Pashinyan se vio obligado a firmar a última hora del lunes un "doloroso" acuerdo de paz que redibuja completamente el mapa del Cáucaso Sur y que cede la mayor parte de los territorios ocupados en Karabaj a Azerbaiyán: una capitulación "de facto" que desató en la madrugada del martes violentas protestas en la capital armenia, Ereván, donde el edificio del parlamento fue asaltado y su presidente linchado por la multitud.
"He firmado un texto junto con los presidentes de Rusia y Azerbaiyán para poner fin a la guerra de Karabaj", declaró en un comunicado publicado a través de su página en Facebook Pashinyan, que se mantuvo durante las horas posteriores a la firma en paradero desconocido y que reconoció que la decisión es "horrorosamente dolorosa para mí personalmente y para nuestro pueblo".
"He tomado esta decisión como resultado de un profundo análisis de la situación militar" señaló el primer ministro armenio, quien durante las últimas semanas había negado insistentemente que Armenia estuviese perdiendo la guerra y cediendo terreno a pesar de los avances evidentes del ejército de Azerbaiyán, que el domingo tomó Shusha, la segunda ciudad más importante de Karabaj y clave para el control de toda la región.
"Necesitamos analizar nuestros años de independencia para planificar nuestro futuro y no repetir los errores del pasado", añadía el líder armenio en el comunicado, asegurando que se dirigiría al país "en los próximos días". Varias informaciones apuntaban a que Pashinyan fue presionado para firmar ante una derrota inminente, con las fuerzas azeríes a sólo unos kilómetros de la capital de la autoproclamada República Artsaj, Stepanakert.
Aliyev: "Es el comienzo de una nueva era"
Horas después el Kremlin emitía un comunicado explicando que ambas partes habían firmado un acuerdo para "la detención total" de los combates en Karabaj, que entraría en vigor a las 00:00 horas del martes 10 de noviembre, hora de Moscú. Por su parte el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, se dirigió a la nación por televisión calificando el acuerdo como una victoria completa para su país.
"Nuestro país ha puesto fin a la disputa de Nagorno-Karabaj, y creo que este acuerdo marcará el comienzo de una nueva era", dijo. Según Aliyev, Pashinyan se vio obligado a firmar gracias al "puño de hierro" de Bakú y no por propia voluntad, hasta el punto de que asegura que el primer ministro armenio fue un "cobarde" y no quiso firmar por vergüenza el acuerdo ante él mismo y Putin (a través de videoconferencia), y lo firmó horas después sin cámaras delante.
"Esencialmente, es una capitulación. Es por eso que lo firmé yo mismo y el presidente ruso Vladimir Putin", dijo Aliyev, recordando que el ejército azerí había logrado liberar de la ocupación armenia 300 poblaciones de Karabaj desde finales de septiembre.
Según explicó Aliyev, el acuerdo estipula que Azerbaiyán no sólo conservará los territorios que ya controla además de los capturados durante el conflicto -incluyendo Shusha- sino que además, Armenia cederá los distritos ocupados de Kalbajar el 15 de noviembre, Agdam el 20 de noviembre, y Lachin el 1 de diciembre, reduciendo considerablemente el territorio de Artsaj, un estado títere de Armenia sin reconocimiento oficial.
El acuerdo también prevé la creación de un corredor -una carretera controlada por fuerzas de paz rusas- entre la capital de Artsaj, Stepanakert (Xankəndi, en azerí), y Armenia; pero Aliyev también logró que Armenia aceptase la creación de otro corredor que unirá Azerbaiyán con la república autónoma de Najicheván. En la práctica, Artsaj queda reducida a un territorio más pequeño incluso que el Karabaj histórico antes de la guerra de los 90. Ankara y Moscú negocian a propuesta de Azerbaiyán la participación de Turquía en la fuerza de paz.
Celebraciones en las calles de Azerbaiyán
Aliyev felicitó al pueblo de Azerbaiyán por la victoria en Karabaj, subrayando que permitirá a cientos de miles de refugiados azeríes que se vieron obligados a huir de la región en los 90 el regreso a sus hogares. "Me han dicho que desean regresar a su tierra natal, y ahora pueden hacerlo de forma segura", aseguró. "Azerbaiyán está recuperando su integridad territorial, ¿qué felicidad mayor puede haber para una nación?", se preguntó.
Precisamente la población azerí salió el martes a las calles de las principales ciudades del país para celebrar el fin de un conflicto que ha durado casi tres décadas y que les ha permitido recuperar los territorios ocupados por Armenia en los 90, que suponían el 20% del territorio de Azerbaiyán reconocido internacionalmente.
En Bakú se vivieron escenas similares a las celebraciones del domingo tras la liberación de Shusha, con miles de personas ondeando banderas de Azerbaiyán y también de Turquía, muchas de ellas bailando y cantando en las calles, incluso llorando de felicidad. En Ganja, una de las ciudades más castigadas por los ataques armenios durante la guerra y la segunda ciudad más grande del país, la gente salió también a celebrarlo llena de júbilo.
"Vamos a regresar a nuestras tierras después de 28 años", dijo un residente de Ganja. "Azerbaiyán y Turquía son una sola nación, con dos Estados", añadió. "Turquía y Azerbaiyán son hermanas. Hemos ganado juntos", dijo otra mujer, que explicó que su hermano es soldado en el ejército.
Protestas y resignación en Armenia
En Armenia las escenas fueron muy diferentes, y al divulgarse la noticia de que Pashinyan había firmado un acuerdo que suponía en la práctica una rendición casi incondicional de Armenia, miles de nacionalistas salieron a las calles de Ereván y protagonizaron violentas protestas, asaltando varios edificios gubernamentales y el parlamento, cuyo presidente fue linchado y permanecía hoy ingresado en el hospital.
Al grito de "Nikol nos ha traicionado", los manifestantes exigían la dimisión del primer ministro, al igual que hizo la oposición al conocerse la noticia del acuerdo con Azerbaiyán. Sin embargo, Pashinyan -que no compareció públicamente el martes- se defendió a través de Facebook afirmando que no había más opción que llegar a un acuerdo porque Armenia no había podido movilizar suficientes hombres para continuar la guerra.
Por su parte el líder de la autoproclamada República Artsaj, Araik Harutyunyan, confirmaba también en la madrugada del martes el acuerdo y apoyaba la decisión del primer ministro armenio, reconociendo que el pasado 7 de noviembre "perdimos completamente el control de Shusha" y que en las últimas horas "los combates estaban teniendo lugar a 2 ó 3 kilómetros de Stepanakert (la capital). Si no fuera por esta decisión, habríamos perdido todo Nagorno-Karabaj, habríamos sufrido muchas más pérdidas", insistió.
Tras la rúbrica del acuerdo, cerca de 2.000 soldados rusos se dirigieron en la madrugada del martes a Karabj para ser desplegados como fuerza de paz; según el acuerdo, esta fuerza permanecerá en Karabaj inicialmente por 5 años, con una continuidad automática por períodos sucesivos de 5 años hasta que las partes lo consideren oportuno.
Felicitaciones de Turquía
Desde Turquía, el ministro de exteriores Mevlüt Çavuşoğlu felicitó a Azerbaiyán por el acuerdo. "Nuestra hermana Azerbaiyán ha logrado conseguir importantes victorias en el campo de batalla y en la mesa de negociaciones. La felicito sinceramente", escribió Çavuşoğlu en Twitter, añadiendo que "continuaremos siendo una sola nación, un solo espíritu con nuestros hermanos azeríes".
Horas después, durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo de Kirguistán, el ministro de exteriores de Turquía volvió a felicitar a Azerbaiyán por el acuerdo de paz en el Cáucaso que supone la cesión casi completa de Karabaj por parte de Armenia. "Armenia fue la que inició la guerra. Ahora, ha tenido que ceder. Turquía continuará su apoyo a Azerbaiyán", concluyó.
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