El gobierno chino reconoció el lunes haber pedido a Japón que no acoja un encuentro anual organizado por el Congreso Mundial Uigur (WUC, por sus siglas en inglés), que pretende celebrar el próximo mes de mayo su asamblea general en Tokio.
La líder uigur Rebiya Kadeer, exiliada en Estados Unidos, asistirá entre otros miembros a esta asamblea que se celebrará por primera vez en un país asiático entre el 14 y el 17 de mayo, y a la que asistirán cientos de representantes de la etnia uigur de una veintena de países con el objetivo de coordinar sus acciones para pedir la auto-determinación de la minoría uigur, que habita mayoritariamente la gran provincia china de Xinjiang, denominada por los uigures como Turquestán Oriental o Turquestán Chino.
"Hemos enviado una protesta formal a nuestro homólogo japonés para que tome medidas para evitar que semejante organización utilice territorio de Japón para actividades separatistas sobre China", explicó Liu Weimin, portavoz del ministerio de exteriores chino. "Ellos (el WUC) llevan a cabo actividades que socavan la soberanía nacional China y su integridad territorial", añadió.
Xinjiang es una enorme provincia fronteriza ubicada al noroeste de China y al norte de la región histórica del Tibet, con capital en Ürümqi. Habitada por unos nueve millones de uigures, diferenciados étnica, cultural y religiosamente de la etnia han -mayoritaria en el resto de China-, esta región ha sido testigo en varias ocasiones en brotes de violencia étnica que se han cobrado cientos de víctimas. La oposición uigur acusa al gobierno central chino de marginarles social y políticamente y de fomentar la emigración a Xinjiang de millones de chinos de etnia han con el objetivo de convertir a los uigures en una minoría en su propio territorio.
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