No pudo ser. Ni Madrid -que quedó eliminada en la primera ronda de votaciones, tras proceder a un desempate con Estambul entre las dos ciudades menos votadas- ni la metrópolis turca albergarán las primeras olimpiadas de la próxima década. El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, abría el sobre con el símbolo olímpico que contenía la ciudad ganadora y mostraba al público el nombre: Tokio 2020.
El COI ha querido apostar claramente por la opción más segura, y Tokio la ofrece con creces: una organización impecable, un nivel tecnológico incontestable, un sistema de transporte público envidiable, una economía fuerte, y la garantía de unos juegos organizados ya en 1964.
Atrás quedaron los rumores que situaban a Madrid como favorita y clara ganadora esta misma semana, cuando hacia las 21:00 horas CET (16:00 hora de Buenos Aires) se anunciaba que Tokio había sido la opción más nominada en una primera votación –aunque no había conseguido la mayoría de votos- y que en la ronda de desempate entre Estambul y Madrid, la capital española se quedaba fuera por 45 votos frente a 49 en lo que fue la primera y gran sorpresa de la jornada, que fue testigo en la ciudad española de continuas protestas de grupos opuestos a la candidatura de Madrid 2020.
El resultado de la primera votación ya dejó claras las simpatías de los delegados del COI por la capital nipona, la “candidata silenciosa” de la que pocos habían hablado hasta hace poco como clara favorita. Y así siguió durante la votación definitiva entre las dos finalistas, pese a que Turquía –que se presentaba por quinta vez consecutiva con la candidatura de Estambul- había destacado en los últimos días sus puntos fuertes: una economía emergente, una población muy joven, una ciudad única entre dos continentes, y el hecho de representar la posibilidad de celebrar por primera vez unos Juegos Olímpicos en un país de mayoría musulmana.
Grandes pantallas gigantes se habían instalado el sábado en diferentes partes de Estambul para seguir la votación del COI en directo desde Argentina, incluyendo en la Plaza Sultanahmet, donde cientos de personas se congregaron con la esperanza de que Turquía albergara sus primeras olimpiadas. No pudo ser esta vez, así que sólo queda seguir hacia adelante: a por Estambul 2024.
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