La ex Secretaria de Estado de los EE.UU. y esposa del antiguo presidente Bill Clinton, Hilary Clinton, hace un repaso en su libro publicado esta semana de sus años al frente de la política exterior estadounidense y sus relaciones con Turquía, revelando datos como que Ankara amenazó con declarar la guerra a Israel después de que comandos israelíes abordaran el buque humanitario "Mavi Marmara" a finales de mayo de 2010 y mataran a nueve activistas, uno de ellos un ciudadano estadounidense de origen turco.
En sus memorias presentadas públicamente el martes bajo el título "Hard Choices" ("Decisiones Difíciles"), en el que hace un amplio repaso de sus vivencias como Secretaria de Estado norteamericana, Clinton explica que su homólogo turco Ahmet Davutoğlu se reunió con ella tras la intervención de los comandos israelíes en aguas internacionales contra el "Mavi Marmara" y le advirtió de una posible guerra entre Turquía e Israel.
"Estaba muy afectado (por lo ocurrido), y advirtió que Turquía podría declarar la guerra contra Israel", explica Clinton en su libro. "Psicológicamente, este ataque es como el 11-S para Turquía", le explicó el canciller turco durante la intensa reunión de dos horas que ambos mantuvieron tras el incidente.
La ex Secretaria de Estado recuerda que Davutoğlu le preguntó "¿Cómo puede no importaros?", recordándole que una de las víctimas mortales del abordaje era ciudadano de los Estados Unidos. Según Clinton los intensos -y frecuentemente infructuosos- esfuerzos para convencer al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu de que cediera y ofreciera una disculpa pública a Turquía por lo ocurrido se prolongaron durante el resto de su mandato y estuvieron plagados de continuas idas y venidas por parte de "Bibi", como se refiere al mandatario israelí.
Clinton habla también de sus relaciones con Turquía -que considera un socio vital y estratégico para Estados Unidos- y su visión del país euroasiático, al que no duda en calificar como una importante "potencia". "En mis cuatro años como Secretaria, Turquía demostró ser un importante -y a veces frustrante- socio", escribe Clinton, citando casos de común acuerdo como la lucha contra el terrorismo o la política en Afganistán o Siria, y otros de claro desacuerdo como las relaciones con Irán y el programa nuclear iraní.
En cuanto a la política de "cero problemas con los vecinos" que Turquía ha encabezado en los últimos años, Clinton la califica de un objetivo ambicioso "especialmente porque Turquía estaba involucrada en varias largas disputas con sus vecinos", aunque reconoce que ha resultado constructiva en muchos casos. La ex Secretaria de Estado también reconoce que la presidencia de George W. Bush en la Casa Blanca supuso un deterioro en las relaciones con Ankara, pero cita cómo ella misma voló a Ankara para mostrar el apoyo incondicional que Estados Unidos y los aliados de la OTAN ofrecían a Turquía tras el derribo en 2012 de uno de sus cazas por el ejército de Assad.
En lo que se refiere al primer ministro turco, Clinton recuerda haberle conocido personalmente en los años 90 cuando aún era alcalde de Estambul y lo describe como un político ambicioso, enérgico, devoto y efectivo, mostrando su elogio por varias decisiones como la abolición de los tribunales especiales militares, la reforma del código penal turco o el incremento de los derechos culturales de los kurdos, entre otras.
Clinton no oculta sin embargo su crítica o preocupación por otras decisiones del gobierno de Erdoğan especialmente durante su segundo y tercer mandato, citando la dura actuación policial contra los manifestantes o las restricciones a la libertad de opinión en los medios de comunicación.
Pese a todo la política estadounidense -y posible futura candidata a ocupar la Casa Blanca- subraya la importancia y el papel que Erdoğan tenía en el futuro de Turquía cuando le conoció, ya como Secretaria de Estado, durante su visita a Estambul y Ankara en 2009. "Un hombre en particular tenía la llave del futuro de Turquía y de nuestras relaciones (bilaterales)", escribe en su libro.
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