Las autoridades brasileñas tratan de averiguar si el cadáver calcinado localizado en el interior de un vehículo también quemado en un municipio a las afueras de Río de Janeiro es el de Kyriakos Amiridis, el embajador de Grecia en Brasil, que permanecía en paradero desconocido desde el pasado lunes.

El coche fue hallado bajo un viaducto a la entrada de Nova Iguaçu, un municipio situado a unos 40 kilómetros al norte de Río de Janeiro donde Amiridis y su esposa poseen una residencia. La televisión brasileña mostró imágenes del vehículo hallado, de color blanco, y cuya matrícula coincidiría con el de un coche que Amiridis había alquilado antes de su desaparición.

La esposa de Amiridis había denunciado el lunes a las autoridades su desaparición mientras el embajador se encontraba pasando unas vacaciones con sus familiares, pidiendo ayuda para localizarlo. La policía brasileña había señalado previamente que era improbable que el diplomático hubiese sido secuestrado, dado que sus presuntos captores no habían tratado de contactar para pedir un rescate o dar a conocer sus demandas.

Por su parte el Ministerio de Asuntos Exteriores de Grecia emitió un comunicado exigiendo la “movilización total de todas las autoridades en Brasil” para localizar su paradero. Amiridis reside habitualmente en la capital brasileña, Brasilia, pero había viajado con su esposa a Río para pasar un período de vacaciones hasta la segunda semana de enero.

De 59 años de edad, Kyriakos Amiridis inició su carrera diplomática en 1985; antes de ser nombrado embajador de Grecia en Brasil en 2016, había ejercido como cónsul general griego en Río de Janeiro entre 2001 y 2004. Previamente había servido también como embajador de Grecia en Libia desde el año 2012.