Un tribunal de la República Checa decretó la puesta en libertad de Salih Muslim, antiguo líder del Partido de la Unión Democrática (PYD) cuya extradición había solicitado Turquía por cargos de terrorismo, desatando duras críticas por parte del gobierno turco.
Muslim había sido detenido el sábado en Praga precisamente a petición de las autoridades turcas, que habían emitido una orden de detención internacional contra el exlíder de la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), reconocido como un grupo terrorista internacional en la Unión Europea; el PYD es el brazo político de las Unidades de Protección Popular (YPG), un grupo armado sirio que controla gran parte del norte de Siria y contra el que el ejército turco desarrolla una operación desde el 20 de enero en el cantón de Afrin.
El vice primer ministro y portavoz del gobierno turco, Bekir Bozdağ, criticó la decisión de los tribunales checos subrayando que suponía una contradicción con las leyes internacionales y un apoyo a los terroristas, añadiendo además que lo ocurrido “afectará a las relaciones con la República Checa” de Turquía.
“Esta decisión es un claro apoyo al terrorismo”, dijo Bozdağ en declaraciones a los periodistas desde Ankara. “Se trata de una decisión política que no puede ser explicada en términos legales... Esta decisión apoya los actos terroristas contra Turquía”, insistió el portavoz del ejecutivo turco, quien no obstante añadió que lo ocurrido no resultaba una sorpresa para Turquía “porque la postura de los Estados miembros de la UE sobre Turquía y sobre los que llevan a cabo ataques terroristas contra Turquía es obvia”.
El ministro de Justicia turco Abdülhamit Gül tuvo igualmente duras palabras contra la resolución judicial en Chequia, y afirmó que Ankara no sólo considera nula el pronunciamiento de la justicia checa a favor de liberar a Muslim sino que además espera de las autoridades de ese país que corrijan el error “lo antes posible”, especialmente teniendo en cuenta que ambos países son firmantes de tratados que estipulan la extradición de criminales.
“Muslim debería haber permanecido bajo arresto durante no menos de 18 días. Pero se entiende que la decisión fue emitida basándose en justificaciones políticas, y no judiciales”, declaró el ministro. Gül también quiso rechazar categóricamente los rumores que apuntaban a que Turquía y la República Checa estarían negociando la liberación de dos ciudadanos checos detenidos en Turquía por vínculos con el PKK a cambio de la extradición de Muslim.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía condenó también la decisión de la justicia checa en un comunicado en el que subrayaba que ésta muestra la “falta de sinceridad y la dudosa credibilidad” de los países europeos con Turquía en lo que se refiere a la lucha contra el terrorismo. “El rechazo de la corte checa a la petición de Turquía (...) contradice las responsabilidades del sistema judicial checo respecto de las leyes internacionales y la lucha contra el terrorismo”, rezaba el comunicado.
“El PYD es la filial siria del PKK, que está considerado como una organización terrorista por la Unión Europea, incluyendo la República Checa, que es un país miembro de la UE”, recordaba la nota oficial, que criticaba además que la decisión adoptada el martes supone un menosprecio a las víctimas de los ataques terroristas en Turquía y al dolor de sus familias.
Por su parte el primer ministro turco Binali Yıldırım, durante un discurso realizado el martes ante diputados del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), afirmó que lo que ocurra hoy es una prueba para un país aliado de Turquía –ambos pertenecen a la OTAN- como la República Checa. Yıldırım no obstante sí quiso aportar una visión más optimista y destacó que al margen de lo que ocurra con la petición de extradición de Muslim, ahora está claro que el exlíder del PYD ya no podrá circular libremente por Europa como hasta ahora sin temor a volver a ser arrestado.
Turquía tiene emitidas órdenes de arresto y avisos rojos para Interpol contra Muslim y otros 47 altos cargos de la estructura jerárquica del PKK desde noviembre de 2016; concretamente sobre Muslim renovó el pasado 13 de febrero el aviso rojo al estar incluido en la lista de terroristas más buscados del país, con una recompensa ofrecida por el Ministerio del Interior de 4 millones de liras (unos 860.000 euros) por su captura.
La justicia turca busca a Muslim por los cargos de separatismo, homicidio, intento de homicidio, daños a la propiedad pública, y transporte de sustancias peligrosas por sus actividades como antiguo líder del PYD/YPG.
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