En estos tiempos de crisis que se viven especialmente en lugares como Grecia, muchos ciudadanos de ese país han optado por emigrar a la vecina Turquía, cuya economía ha seguido creciendo de forma ininterrumpida durante los últimos diez años. Entre ellos hay, por supuesto, muchos empresarios de la restauración, que buscan en ciudades como Estambul nuevas oportunidades de prosperar abriendo cafés y restaurantes en esta metrópolis turca de 15 millones de habitantes.
Muchos de esos empresarios "recién llegados" a Turquía son griegos con lazos familiares o antepasados que vivían en Anatolia -antes del intercambio de población entre los dos países promovido a finales de la I Guerra Mundial- que afirman sentirse, en cierto modo, como en casa y que además destacan las facilidades a la hora de abrir negocios en Turquía, frente a los obstáculos que afrontan en su país natal.
"Lo digo con sinceridad, comparado con Grecia, todo está muy bien organizado en Turquía. Nunca me he encontrado con ningún problema", aseguraba Rena Lialiou, copropietaria del café Kalimera en el barrio de Cihangir, en declaraciones hechas al diario turco Hürriyet la semana pasada. Con raíces por parte materna tanto en Estambul como en İzmir (Esmirna), Lialiou afirma estar enamorada de Estambul desde que la visitó por primera vez, hace más de 13 años.
"Nunca siento que estoy fuera de mi país, sino que me siento como en mi propia casa. Mi único problema es el idioma, pero estoy intentando superarlo", añade esta griega mientras explica cómo los comerciantes del barrio la han ayudado en todo momento, y describe el café Kalimera como su "hogar". "No es sólo un café, sino también una casa donde nos juntamos para disfrutar de la cocina griega, mientras al mismo tiempo aprendemos griego y turco", explica.
Athina es otro café restaurante abierto recientemente -a principios de diciembre- también en el barrio estambulita de Cihangir, en este caso por Georgia Kotsari y su marido. "Aquí en Estambul tienes montones de restaurantes griegos, es verdad... pero sólo son griegos de nombre, eso es todo. Hemos traído con nosotros la auténtica cocina griega", asegura Kotsari, quien también destaca las facilidades y la ausencia de problemas legales a la hora de abrir su restaurante en la ciudad turca.
Por contra sí que se ha encontrado problemas a la hora de comprar una vivienda, debido a las leyes que restringen en Turquía la adquisición de propiedades por parte de extranjeros. "Nos gustaría comprar una casa aquí, pero como somos ciudadanos griegos, tenemos dificultades... así que hemos alquilado", explicó Kotsari.
Como su compatriota Lialiou, esta ciudadana griega recién llegada a Estambul destaca la gran ayuda y hospitalidad brindada por los comerciantes turcos del barrio. "Es cierto que nuestros países tienen problemas políticos algunas veces, pero como sociedad (turcos y griegos) no tenemos ningún problema. Además nuestras culturas son muy parecidas", afirma Kotsari, cuyas raíces familiares se remontan también al Mar Negro. "Aquí me siento a salvo y segura", recalca.
Dimitris Pantonis es otro empresario griego de la restauración recién llegado a Estambul y decidido a abrir un restaurante en el prestigioso barrio de Bebek, no lejos del Bósforo, inaugurado de hecho hace menos de un mes. "Mi experiencia en Atenas me guiará, Estambul y Atenas tienen muchas similitudes como ciudades", afirma mientras habla de su recién abierto Restaurante Creta.
"Decidimos arriesgarnos y venir, y desde entonces no lo hemos lamentado. Estamos disfrutando de nuestro nuevo comienzo y de las bellezas de Estambul", explica Pantonis, mientras describe la mala situación económica que atraviesa Grecia en contrasta con el impresionante crecimiento económico que experimenta Turquía desde hace años.
0 Comentarios