Turquía batió su propio récord de consumo de té durante la pandemia de coronavirus, de forma que el consumo de té por cada turco, normalmente de 3,5 kilos al año (lo que convierte a Turquía en el país donde más se consume té de todo el mundo), se incrementó hasta los 4 kilogramos anuales por persona.
Son las conclusiones de un reciente informe preparado por el Comité Internacional del Té (International Tea Committee o ITC, una organización con sede en Londres), que señala que, si bien el consumo en cafeterías y teterías se redujo durante la pandemia a causa de las medidas de cuarentena y los confinamientos, los turcos siguieron consumiendo té en sus propias viviendas, no sólo al mismo ritmo, sino con más frecuencia aún.
Con 275.000 toneladas de té producidas en 2020, Turquía es también uno de los mayores productores mundiales de té, destinado principalmente a consumo propio. Por contra otras bebidas como el café, que también cuenta con una arraigada tradición propia en la cultura turca, tienen un consumo mucho menor comparado con sus vecinos europeos: Turquía ocupa el 10º puesto en el ranking mundial de importadores de café, liderado por los países de la UE.
“En lo que se refiere a consumo de té, somos el país número uno del mundo”, reconoce Mehmet Erdoğan, presidente de la cámara de comercio de Rize, una provincia turca de la región del Mar Negro llamada también la “capital del té en Turquía”, porque es aquí donde se produce la mayor parte del té del país.
“De media, una persona en Turquía bebe entre 3 y 5 vasos de té al día”, aseguró Erdoğan; una afirmación que respaldan las estadísticas oficiales, y que indican que de media un solo turco bebe unos 1.300 vasos de té al año: datos que explican por qué Turquía sigue liderando el ranking mundial de consumo de té. Erdoğan añade que tanto la producción como el consumo de té en el país no se vieron afectados por la pandemia porque “la gente siguió bebiendo té, en sus casas”.
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