Las ruinas de la antigua ciudad de Ani, ubicada en la provincia oriental de Kars en la frontera con Armenia, han doblado su número de visitas desde que en julio del año pasado fueran declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
Considerada como la “cuna de las civilizaciones” por los numerosos reinos y pueblos que a lo largo de su historia han poblado este lugar, Ani recibió en 2015 a un total de 27.780 turistas, una cifra que se ha incrementado hasta los 42.635 desde que el 15 de julio de 2016 fuera inscrita oficialmente por la UNESCO en el listado de Patrimonio de la Humanidad, después de que en 2012 entrara como paso previo en la lista tentativa de la organización.
“Ani está en la lista de la UNESCO junto con otros lugares culturales (de Turquía) como Éfeso, el Valle de Ihlara o Santa Sofía. El número de visitantes se ha incrementado un 40-45% desde 2016, y creemos que continuará aumentando”, declaró a la agencia de noticias turca Anatolia el director del Museo de Kars, Necmettin Alp.
“Ani es muy importante para Kars y para toda la región. Al igual que el Palacio de Ishak Paşa (en la vecina provincia de Ağrı) en la región, está abierta a las visitas. Las excavaciones y las restauraciones en el lugar van a continuar. Los recorridos turísticos estarán finalizados en uno o dos meses”, añadió Alp.
Durante casi un siglo fue capital de los emperadores armenios
Ubicada en un lugar privilegiado de la península de Anatolia, en una encrucijada de varias rutas comerciales, y protegida en su lado oriental por un profundo barranco formado por el río Arpaçay (Akhurian, en armenio), un afluente del Aras que sirve de frontera actual entre Turquía y Armenia, Ani fue la capital de los emperadores armenios entre el año 961 y 1045 de nuestra era durante la dinastía armenia de los Bagratuni.
No obstante el primer asentamiento en Ani se remonta hasta alrededor del año 3.000 antes de Cristo, convirtiéndose en hogar de numerosos pueblos y civilizaciones tales como los llamados turcos Saca (una antigua tribu escita), los sasánidas, los armenios, los bizantinos, los selyúcidas, los otomanos e incluso los rusos.
En su momento álgido se estima que su población llegó a rondar los 100.000 habitantes; sin embargo y pese a su magnificencia, la ciudad comenzó a declinar tras ser capturada en el año 1064 por los ejércitos selyúcidas al mando de Alp Arslan. Posteriormente y a lo largo de los siglos XII y XIII, sería conquistada y saqueada en numerosas ocasiones por distintos reinos y ejércitos de la región.
Los terremotos y las invasiones acabaron con su pasado glorioso
Destruida en gran parte por un terremoto en el año 1319, fue finalmente conquistada en 1579 por los otomanos, pero para entonces era sólo una mera aldea y una sombra de lo que había sido antaño, siendo abandonada totalmente en el siglo XVIII. Un siglo más tarde sería redescubierta por exploradores europeos, que contribuyeron a dar a conocer su existencia en Occidente.
Apodada como la “Ciudad de las 1001 iglesias” por el gran número de templos cristianos que llegó a albergar, Ani fue entre los siglos X y XI la capital del reino armenio Bagrátida, que llegó a extenderse por gran parte del este de Anatolia. Ani albergaba además de numerosos edificios religiosos varios palacios, y sus fortificaciones están consideradas entre las más avanzadas de su época.
La catedral de Ani, la iglesia de Georgia, la iglesia de San Gregorio de Tigran Honent, la iglesia del Redentor, la iglesia de San Gregorio de Abugham, la iglesia del rey Gagik de San Gregorio, el monasterio de las Vírgenes, la mezquita de Manuchihr, las murallas de Ani y las ruinas de la ciudadela se encuentran entre las estructuras más destacadas que pueden observarse aún hoy día.
0 Comentarios