Şirince es un pintoresco pueblo situado en las montañas del distrito de Selçuk, en la provincia turca de İzmir, que en 2012 se hizo famoso en todo el planeta porque se decía de él que sería el pueblo que sobreviviría al fin del mundo. Como al final los mayas se equivocaron -o más bien nosotros nos equivocamos al interpretarlos- tanto Şirince como el resto del planeta sigue en pie; pero ahora se ha convertido en un refugio para quienes tratan de huir de la pandemia de coronavirus.
Cuando medios de todo el mundo colocaron a esta pueblo turco y a otro pueblo en Francia como los dos únicos lugares que sobrevivirían al apocalipsis maya, cientos e incluso miles de personas se congregaron el 21 de diciembre de 2012 en Şirince esperando ser salvados del Armagedón. Anécdotas apocalípticas aparte, Şirince es un pueblo muy pintoresco y tranquilo de unos 500 habitantes que normalmente vive del turismo rural y está lleno de hoteles boutique.
Son precisamente los habitantes de las ciudades quienes normalmente acuden a este lugar escapando de la contaminación, el estrés y el bullicio de grandes urbes como İzmir (Esmirna), Ankara o Estambul; muchos de estos hoteles boutique son antiguas casas de más de un siglo de antigüedad que acogen a turistas llegados no sólo de Turquía, sino de todo el mundo, especialmente durante los fines de semana y en verano.
De hecho sorprende que un pueblo de unos 500 habitantes tenga alojamiento para otros tantos turistas en los 45 hoteles y pensiones que hay registrados en él. Ahora que la pandemia de coronavirus ha obligado a aplicar restricciones y toques de queda en las grandes ciudades de todo el país, son muchos los que escapan a lugares como éste tratando de huir del coronavirus.
Unos 2 millones de turistas visitan cada año Şirince
Mustafa Ozan, propietario de uno los alojamientos en Şirince, confirma que las reservas se han disparado desde que se implantó el toque de queda nacional en Turquía por la pandemia de COVID-19; asegura que siguen todas las normas contra el coronavirus, y que los huéspedes quedan encantados con Şirince. Una de esas turistas es Sevgi Yılmaz, procedente de la ciudad turca de Aydın: "En lugar de quedarnos en la ciudad, hemos optado por una vida rural. Esto es realmente bonito", confiesa.
No es cuestión de que en Şirince no haya toque de queda -como en el resto de Turquía, a partir de las 9 de la noche está prohibido salir a la calle- sino de que muchos de los hoteles cuentan con patios, jardines, terrazas e incluso terrenos por los que sí se puede pasear libremente; además, la tranquilidad, la belleza del paisaje rodeado de olivos, y la sensación de libertad que se encuentran aquí no puede compararse con estar encerrado en un piso en una ciudad.
Con una historia que se remonta al siglo V antes de Cristo, se calcula que unos 2 millones de turistas nacionales y extranjeros visitan cada año este pueblo, unos 4.000 al día. Puede que Şirince no fuera el único lugar en sobrevivir al fin del mundo en 2012; pero lo que sí es cierto es que hoy día es uno de los mejores lugares para sobrevivir a la pandemia de coronavirus.
0 Comentarios