Existen un total de 36 lenguas diferentes habladas en Turquía, aseguran los expertos, que subrayan sin embargo que no existen datos oficiales actualizados y que muchas de ellas podrían estar en peligro de desaparecer, si es que no lo han hecho ya.
Así lo afirmaba recientemente el presidente de la Fundación Lingüística, Nadir Engin Uzun, en declaraciones a la agencia de noticias Anatolia. Según Uzun, el último censo llevado a cabo por las autoridades turcas con datos sobre las lenguas habladas en el país, su distribución y su número de hablantes, se remonta a nada menos que el año 1965.
"Sabemos que algunas de estas lenguas han desaparecido, y algunas corren el peligro de desaparecer", afirmó Uzun, quien anunció un proyecto para tratar de salvar con ayuda de expertos internacionales algunos de estos idiomas.
Ante la ausencia de datos oficiales, los investigadores turcos se ven obligados a menudo a recurrir a datos proporcionados por organizaciones sin ánimo de lucro como SIL International, u otras fuentes alternativas. De acuerdo a datos de 2009 en Turquía el kurdo sigue siendo el segundo idioma más hablado tras el turco, con 15 millones de hablantes; es el idioma de hecho más usado en las provincias de Hakkari y Şırnak, en el extremo sureste de Turquía, y un 20% de sus hablantes no conocen otro idioma (ni siquiera el turco).
Tras el kurdo se sitúa en tercer lugar el zazaki, con 1,6 millones de hablantes estimados (aunque otros estudios bajan su número a poco más de un millón), usado principalmente en las provincias del centro y sureste de Anatolia. El cuarto idioma más hablado del país euroasiático es el circasiano, originario del Cáucaso y usado por aproximimadamente un millón de personas que viven en provincias como Kayseri, Samsun, Amasya y Çorum; una de sus varientes es el adygue, empleado por una población estimada en 278.000 personas.
El árabe es junto con el búlgaro -que tiene 300.000 hablantes en Turquía- una de las lenguas "importadas" más empleadas: se estima que lo hablan unas 500.000 personas principalmente en ciudades fronterizas con Siria en el sureste del país.
Otras lenguas cuyo número de usuarios es menor y por tanto corren peligro de desaparecer de Turquía son el armenio (40.000 hablantes), georgiano (40.000), laz (30.000), domari (28.000), romaní balcánico (25.000), serbio (20.000), albanés tosco (15.000), abaza (10.000), griego póntico (4.500), griego continental (4.000), abjasio (4.000), turoyo (3.000), cremotártaro (2.000?), uzbeco meridional (1.900), kirguizo (1.000?), hértevin (950?) o el turkmeno (900).
Algunos como el ubijé o el siriaco se consideran extintos -ése último sólo se emplea prácticamente como lengua litúrgica, aunque en los últimos años está resurgiendo- mientras que otros como el cumuco, el tártaro o el osetio se cree que sólo tienen unos pocos cientos de hablantes actualmente en Turquía y podrían estar también al borde de la desaparición. El problema es que muchos de los datos disponibles se remontan a los años 80 ó 70, con lo que es difícil conocer la situación real actual.
Destaca el caso del ladino, conocido también como judeo-español y hablado por unas 10.000 personas en Turquía según datos de 2007. Es el idioma hablado por los descendientes de los sefardíes, los judíos que vivían en España hasta su expulsión por los Reyes Católicos a finales del siglo XV, y que el Imperio Otomano acogió en su territorio. Se trata de una lengua muy peculiar con raíces en el castellano de la Edad Media, pero que con el paso de los siglos ha tomado préstamos como es lógico de otras lenguas mediterráneas como el hebreo, el turco o el griego.
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