Un equipo de arqueólogos turcos ha desenterrado en una fortaleza en la provincia de Van, en el extremo oriental de Turquía, una huella humana que se cree perteneció a un joven adolescente urartiano que vivió en la región hace unos 3.000 años.
El castillo constituía el principal baluarte de Tushpa, la que fuera la capital del reino de Urartu entre los años 832 y 590 antes de Cristo. El equipo de arqueólogos, dirigidos por el profesor Erkan Konyar de la Universidad de Estambul, hizo el hallazgo durante las excavaciones que se desarrollan en este yacimiento, según informaron medios turcos.
Uno de los arqueólogos que trabajan en la ciudadela de Van explicó a la agencia de noticias turca DHA que la huella fue descubierta cerca de una antigua residencia urartiana: “Las casas de Urartu tenían cimientos de piedra y muros de adobe. La huella probablemente pertenece a un joven de 13 ó 15 años de edad que había pisado en el adobe cuando estaba aún húmedo durante la construcción de la casa”. “Es un descubrimiento asombroso. La huella está protegida ahora, y hemos hecho también un molde para copiarla”, añadió.
El reino de Urartu dominó esta región al este de Anatolia entre el 860 y el 590 antes de Cristo tras la caída del Imperio Hitita, hasta que fue aniquilado por una invasión de los escitas -un pueblo nómada de las estepas- y sus aliados los medas. Su lengua era el urartiano, un idioma emparentado con el hurrita hoy día extinto y que apenas entienden unas decenas de expertos en todo el mundo.
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