Un descubrimiento realizado por los arqueólogos en el conjunto formado por las terrazas de Pamukkale y las ruinas de la antigua ciudad de Hierápolis, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha revolucionado el conocimiento que hasta ahora se tenía de este lugar, uno de los más visitados por los turistas que viajan a Turquía.
Las excavaciones en este lugar situado en la provincia turca de Denizli han sacado a la luz una nueva necrópolis que hace que la historia que hasta ahora se conocía de Pamukkale y Hierápolis, un lugar sagrado ya para los antiguos griegos y también en tiempos de los primeros cristianos, tenga que retroceder otros 500 años atrás en el tiempo, según explicó a medios turcos la profesora de arqueología Grazia Semeraro, de la Universidad de Salento en Italia, jefa del equipo de excavación arqueológica.
“Es un nuevo capítulo en la historia de Hierápolis”, aseguró Semeraro. “Esta nueva excavación demuestra que el asentamiento que había aquí se inició varios siglos antes de la fundación griega durante el período helenístico”, en el que hasta ahora se pensaba que se había fundado la ciudad, asentada sobre las aguas termales que han formado durante milenios las terrazas de caliza y travertino de Pamukkale.
“Esta nueva excavación es muy importantes porque nos va a permitir conocer mejor la historia de la región, es decir, la de las personas que vivían aquí antes de los griegos y los romanos... Aquí, hemos encontrado una necrópolis con un ritual de cremación muy particular. Estamos ahora en un área de la antigua necrópolis que corresponde a la edad de hierro”, explicó la arqueóloga.
La historia conocida hasta ahora del lugar afirma que fue el rey Eumenes II, gobernante del Reino de Pérgamo, el que originalmente fundó la ciudad de Hierápolis en el siglo II a.C., si bien anteriormente las propiedades curativas de Pamukkale ya habían atraído anteriormente a otras civilizaciones cuyos restos se siguen sacando a la luz.
Fue bajo el Imperio Romano no obstante cuando Hierápolis floreció, alcanzando su esplendor en el siglo III de nuestra era, pese a que un terrible terremoto en el año 60 d.C. obligó a su reconstrucción. Las termas, varios templos, un arco monumental, un ninfeo, una necrópolis y sobre todo su antiguo teatro son los principales monumentos que pueden verse del período greco-romano.
Tras el reconocimiento del cristianismo como religión del Imperio por parte del emperador Constantino, Hierápolis se convirtió en un obispado y un importante centro religioso del Imperio de Oriente con varias iglesias, debido a que la ciudad fue escenario del martirio de San Felipe -uno de los 12 apóstoles de Jesús- e incluso se cree que albergaba su tumba. La ciudad fue conquistada por los selyúcidas en 1210 y finalmente destruida de nuevo por un gran terremoto en 1354.
Las propiedades curativas de las aguas de la zona son bien conocidas y se dice que son un excelente remedio natural para dolencias como el reumatismo o enfermedades de la piel, pero también para problemas nerviosos o cardiovasculares.
La combinación casi perfecta que ofrecen Pamukkale y Hierápolis ha hecho que en los últimos años su popularidad no haya dejado de crecer, hasta llegar a convertirse en uno de los lugares más visitados por los turistas -tanto turcos como extranjeros- de toda Turquía.
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