El ministro de exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu anunció ayer que Turquía ha propuesto a la ONU abrir otros dos pasos fronterizos con Siria para llevar ayuda humanitaria a ese país, una propuesta que Naciones Unidas aún estaría considerando. Ankara ha abierto también su espacio aéreo a los aviones con ayuda con destino a Siria, donde el número de fallecidos por los terremotos en la vecina Turquía ronda los 3.600. Los llamados Cascos Blancos, que están organizando la asistencia en las zonas rebeldes, denuncian la “catastrófica” ausencia de ayuda de la ONU y acusan a este organismo de enviar asistencia sólo a las zonas bajo control del régimen de Assad.

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