Crece el temor a una sequía grave en Turquía tras un invierno que ha sido más bien cálido comparado con las temperaturas habituales en esta región y con pocas lluvias. El miedo a las restricciones y cortes en el suministro de agua crece especialmente en las grandes ciudades como Ankara, İzmir o Estambul: en esta provincia, las precipitaciones se han reducido en un 52%, y tras un otoño igualmente seco no hay perspectivas de mejora a medio plazo, mientras los meteorólogos señalan ya a 2023 como el año más seco de este siglo. Algunos pantanos que proveen de agua a İzmir, la 3ª ciudad más grande de Turquía, se encuentran al 36% de su capacidad, mientras que hace un año en estas fechas estaban al 88%. Y los expertos advierten: el cambio climático traerá más sequías iguales o peores a esta en los próximos años.
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