
Los expertos detectan cada vez más efectos a largo plazo del coronavirus en pacientes que han sufrido la enfermedad de la COVID-19.
El fin de las restricciones y el rechazo a más vacunas están disparando los contagios, pero “el virus sigue evolucionando”, advierten los expertos.
Un médico turco fue asesinado por un guardia de seguridad que luego se suicidó. La mitad del personal sanitario ha sufrido agresiones de pacientes.
El ex futbolista y entrenador del Real Madrid se alojó de incógnito durante dos semanas en Estambul para someterse a un implante de pelo.
Más de 50 países han confirmado casos de contagio por el virus de la viruela del mono, principalmente en Europa Occidental.
El uso de mascarilla deja de ser necesario en autobuses, trenes y aviones, y ya sólo es obligatorio en los hospitales de Turquía.
Preocupa entre las autoridades sanitarias que los contagios del virus de la viruela del mono se producen entre personas, y que no han estado en África.
Con la nueva ley, las agresiones y el acoso contra mujeres y sanitarios pasan de considerarse un delito a un crimen, con penas más graves.
Desde hoy, la mascarilla deja de ser obligatoria en Turquía, salvo en hospitales y transporte público. El fin de la pandemia parece más cerca.
La vacunación y la variante Omicron han vaciado las UCI y los hospitales de pacientes de coronavirus. No obstante, el virus seguirá entre nosotros.
Omicron demuestra, según expertos, que la estrategia mundial contra la COVID-19 no funciona y que tendremos que convivir siempre con el coronavirus.
Sólo en Estambul, 34 personas han fallecido en diciembre por beber alcohol ilegal, más barato pero tóxico y potencialmente mortal.
Pese a las críticas por mantener desde 2016 el horario de verano todo el año, el gobierno turco insiste en los beneficios de suprimir el cambio de hora.
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