Dos ciudadanos turcos que habían sido secuestrados en Sudán, en la conflictiva región de Darfur, han sido rescatados tras una operación especial, según confirmaron a última hora de ayer a medios en Turquía citando fuentes de la empresa para la que trabajaban las víctimas del secuestro.
Ambos ciudadanos turcos, identificados como dos ingenieros que trabajan para una empresa turca de electricidad que opera en la región, fueron secuestrados el martes en el oeste de Sudán junto con su conductor sudanés cuando regresaban a su casa desde el trabajo en la ciudad de Al-Fashir; de acuerdo al relato ofrecido por el conductor, varios hombres armados detuvieron el vehículo y, tras golpear al chófer, se llevaron el coche a otra ubicación.
El conductor, que fue liberado poco después por los secuestradores, contó a las autoridades -tras ser tratado de sus heridas en un hospital- que los autores del secuestro no habían exigido ningún rescate y que habían afirmado “no tener problemas” con los turcos, pero que los mantendrían como rehenes “hasta que los autores de los ataques contra las tribus sean capturados” por las autoridades.
Un responsable de la empresa turca para la que trabajan confirmó en declaraciones a los medios que el incidente no estaba relacionado con las actividades de la compañía, sino con las luchas internas en la región, y que parecía más bien una forma de presionar a las autoridades locales. El gobernador sudanés de Darfur se había referido el martes al suceso a través de Twitter ,“lamentando” lo ocurrido y pidiendo a los secuestradores que liberaran sanos y salvos a ambos ingenieros.
Tras ser rescatados en la operación, se espera que los dos ciudadanos turcos secuestrados en Sudán sean trasladados a Turquía en las próximas horas o días. Darfur es una conflictiva región al oeste de Sudán del Norte -la parte de Sudán que quedó tras la escisión de Sudán del Sur en 2011- que aún sufre las consecuencias de la sangrienta guerra civil que estalló en 2003, motivada por causas raciales y tribales: sólo durante el fin de semana pasado al menos 48 personas murieron en enfrentamientos armados tribales. Sudán afronta además una gran incertidumbre política tras el golpe de Estado sufrido en octubre que puso fin al proceso democratizador: decenas de civiles han muerto en protestas contra el golpe.
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