Tres de los miembros de la trama dedicada al tráfico de seres humanos que organizó el viaje donde murió en 2015 el pequeño niño Aylan Kurdi, del que la imagen de su cuerpo sin vida tendido en una playa de Turquía se convirtió en un icono que despertó las conciencias en todo el mundo sobre el drama de los refugiados sirios que trataban de huir a Europa, han sido sentenciados a 125 años de cárcel cada uno por un tribunal turco.
La sentencia fue emitida el pasado 13 de marzo después de que los traficantes fueran capturados por las fuerzas de seguridad turcas en la provincia de Adana, al sur del país. Varios acusados, incluyendo tanto ciudadanos turcos como sirios, habían sido ya condenados a prisión por los hechos, pero los tres individuos sentenciados ahora se encontraban en búsqueda y captura tras haberse dado a la fuga.
Los tres condenados ahora por la Corte Criminal Suprema de Bodrum (Muğla) fueron sentenciados cada a uno a 125 años entre rejas por el cargo de "homicidio con intencionalidad plena", al considerar el tribunal que eran conscientes del grave riesgo que corrían los refugiados al intentar llegar a las islas griegas en condiciones tan precarias.
La imagen del pequeño Aylan tendido sin vida en la arena recorrió el mundo y despertó las conciencias especialmente en la vecina Europa, aunque fuera por un breve período de tiempo. Tres miembros de la familia Kurdi murieron cuando su bote se hundió en el Egeo tratando de alcanzar la isla griega de Kos. Sólo en 2015, UNICEF calcula que al menos 185 niños murieron ahogados tratando de llegar a territorio de Grecia.
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