
La nueva empresa estará formada por la compañía nacional argelina de petróleo y gas Sonatrach y la corporación turca Turkish Petroleum.
Túnez afronta su peor crisis política desde el fin de la dictadura de Ben Ali tras la decisión del presidente de cesar al primer ministro y suspender el parlamento.
Turquía, que respalda al gobierno de Trípoli reconocido por la ONU, recuerda que las fosas comunes halladas en Libia muestran las intenciones del general Haftar y quienes le apoyan.
Turquía, que advierte contra los intentos de ciertos países por dividir Libia por sus propios intereses, defiende una solución política como única vía hacia una paz duradera.
Turquía había amenazado al general libio Khalifa Haftar, que en abril lanzó por sorpresa una ofensiva para capturar Trípoli, con una respuesta “severa” si sus ciudadanos no eran liberados.
El vicepresidente turco abandonó “decepcionado” la conferencia de paz sobre Libia acusando a “algunos países” de querer excluir a Turquía y de buscar sólo sus propios intereses en Libia.
Los tres secuestrados, todos ellos ingenieros que trabajaban para una importante empresa turca de construcción, fueron puestos en libertad tras largas negociaciones entre las autoridades de Turquía y Libia.
El avión, que transportaba a personal militar, se estrelló poco después de despegar a las afueras de Argel. La aeronave iba a hacer escala en Tinduf, y entre los fallecidos hay al menos 26 miembros del Frente Polisario.
Tres ciudadanos turcos y un alemán fueron secuestrados a principios de noviembre por un grupo armado en el desierto de Libia, un país sumido en el caos político desde el conflicto que condujo al derrocamiento y muerte de Gadafi.
Al menos siete tripulantes habrían sido rescatados después de que un barco de bandera turca, el ‘’Tinaztepe S’’, se hundiera en medio de un fuerte temporal a pocas millas del puerto libio de Misrata.
Los secuestradores, partidarios del ex dictador libio Muammar Gadafi, liberaron a todos los ocupantes del avión y posteriormente se rindieron a la policía de Malta, donde solicitaron asilo político.
Tras años de dificultades por la guerra civil, las empresas de Turquía están ansiosas por regresar a Libia y completar más de 300 proyectos que tuvieron que ser abandonados, con una inversión que supera los 16.000 millones de euros.
La operación, en la que participaron unidades navales y aéreas con autorización del gobierno de Bolivia y que ha dejado 10 detenidos, fue llevada a cabo en aguas internacionales frente a las costas de Libia.
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