Los líderes de Azerbaiyán, Turquía y Georgia pusieron en marcha el 30 de octubre de manera oficial la conexión por ferrocarril de 829 kilómetros que une desde este lunes los tres países, creando un corredor para mercancías y pasajeros a través del Cáucaso que servirá además para unir China y Europa sin pasar por Rusia.
Con una capacidad para transportar anualmente un millón de pasajeros y 6,5 millones de toneladas de carga, se espera que el ferrocarril Bakú-Tiflis-Kars (BTK) –cuya construcción se inició en 2008 aunque se retrasó en varias ocasiones- aumente progresivamente su capacidad hasta llegar a los 3 millones de pasajeros y 17 millones de carga para el año 2034, conectando las capitales azerí y georgiana con la ciudad turca de Kars. 79 kilómetros del ferrocarril pasan a través de Turquía, 246 a través de Georgia y 504 a través de Azerbaiyán.
Durante el acto inaugural, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan subrayó la importancia de un proyecto que consideró crucial para el futuro de la región y para unir Europa y Asia a través de Anatolia. “Baku-Tiflis-Kars es parte de la gran Ruta de la Seda y es importante que hayamos llevado a cabo este proyecto usando nuestros propios fondos”, dijo Erdoğan acompañado de los presidentes de Azerbaiyán y Georgia, Ilham Aliyev y Giorgi Kvirikashvili. “Declaramos la creación de un vínculo ferroviario continuo desde Londres hasta China”, añadió el presidente turco.
Por su parte Aliyev destacó que la realización de este proyecto ha sido posible gracias a la “hermandad” de los tres países implicados, a pesar de que hubo quienes consideraban “imposible” llevarlo a cabo. “Pero los tres países han demostrado y probado que es posible”, subrayó el presidente de Azerbaiyán, que anunció que varios países europeos habían mostrado ya su interés en la nueva línea ferroviaria y que Kazajistán y otros países de Asia Central habían mostrado ya su intención de transportar mercancías a través del BTK.
Kvirikashvili declaró durante la ceremonia que la nueva línea férrea a través del Cáucaso constituye un puente entre Asia y Europa que “unirá a las economías y los pueblos”. “Hoy, se pone en marcha un nuevo puente euroasiático... El proyecto dará un impulso al turismo, y se crearán nuevos empleos”, aseguró el presidente georgiano.
El proyecto BTK es el tercero que emprenden conjuntamente los tres países, tras el oleoducto Baku-Tiflis-Ceyhan y el gaseoducto Baku-Tiflis Erzurum. La nueva ruta ferroviaria permitirá aumentar considerablemente el transporte de mercancías y personas a través de la región y estimular las rutas comerciales a través del Cáucaso; pero además el BTK constituye un eslabón más de la línea férrea que pretende revivir la antigua Ruta de la Seda conectando China y Europa a través del Cáucaso Sur.
A este respecto, la línea BTK inaugurada este lunes reduce en 7.000 kilómetros la distancia entre Europa y China, reduciendo el tiempo de viaje entre ambos puntos a sólo 15 días, lo que representa la mitad de tiempo que requiere la ruta por mar y a un coste de menos de la mitad comparado con la ruta por avión.
Los trenes podrán partir de China, cruzar a Kazajistán a través del Paso de Khorgos, y atravesar Asia Central hasta el Mar Caspio; una vez allí las mercancías pueden ser trasladas por ferry hasta el puerto de Bakú, para ser cargadas de nuevo directamente en el ferrocarril BTK rumbo hacia Europa, todo ello sin atravesar Rusia.
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