
Situada a sólo 10 km de la frontera turca, la central nuclear armenia de Metsamor es una de las más peligrosas del mundo y se construyó en los años 70 con la tecnología usada en Chernóbil.
Una patrulla del ejército turco fue emboscada por miembros del PKK en la provincia oriental de Iğdır. Más de 1.200 civiles, soldados y policías han muerto a manos del PKK desde 2015.
Un minibús con capacidad para 14 personas pero en el que viajaban más de 50 inmigrantes indocumentados procedentes de Afganistán, Pakistán e Irán se estrelló y se incendió en la provincia turca de Iğdır.
Yakup Yılmaz, un inmigrante turco residente desde hace 25 años en Alemania, ha recibido todo tipo de elogios desde que devolvió a la policía la bolsa, valorada en unos 45.000 euros. ‘’Es algo que no era mío, yo no gané ese dinero’’, insiste Yılmaz.
El accidente se produjo en la autovía que conecta la provincia fronteriza turca de Iğdır con la región autónoma de Najicheván, perteneciente a Azerbaiyán. La gran mayoría de las víctimas son ciudadanos de este país.
El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan afirmó el martes que la única alternativa que le queda al PKK tras los últimos atentados “es deponer sus armas”.
La planta de Metsamor, ubicada a sólo 16 kilómetros de la frontera turca, fue construida en los 70 con tecnología soviética y las autoridades armenias pretenden prolongar su vida útil hasta 2026.
Los dos soldados patrullaban una zona en la provincia fronteriza de Iğdır cuando explotó una mina terrestre. Las autoridades turcas han descartado que se trate de un atentado del PKK.
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