Karim Abdallah, el pequeño bebé sirio de sólo dos meses de edad que perdió un ojo y sufrió una fractura de cráneo durante unos bombardeos del régimen sirio sobre Guta Este –un barrio a las afueras de Damasco- en los que también murió su madre, podría perder también su segundo ojo si no recibe tratamiento.
“Los médicos dicen que la inflamación en su ojo izquierdo se está extendiendo a su ojo derecho, podría perder ese ojo también”, explicó Abu Mohammed, padre del pequeño convertido en símbolo de la resistencia contra el régimen de Assad y que ha desatado campañas de solidaridad por todo el mundo, especialmente a través de las redes sociales bajo los hashtags #SolidarityWithKarim y #StandWithKarim.
Según Mohammed en el suburbio de Guta Este, que sufre un terrible asedio desde hace cinco años por parte de las fuerzas del régimen sirio, no se encuentran los tratamientos médicos necesarios para tratar las heridas que Karim sufrió durante el bombardeo en octubre.
“Me gustaría que mi hijo fuese tratado en un hospital adecuado fuera de Guta Este... Los médicos han hecho todo lo que han podido, pero para salvar su segundo ojo, Karim necesita ser tratado fuera de aquí”, insistió Mohammed, quien recordó que hay cientos más de bebés como su hijo que necesitan ser evacuados urgentemente para recibir asistencia médica.
Naciones Unidas calcula que hay unos 400.000 civiles atrapados en Guta Este que afrontan una “catástrofe completa” debido a que los envíos de ayuda humanitaria están bloqueados y hay cientos de personas que necesitan tratamiento médico urgente que no pueden ser evacuadas. Karim es precisamente uno de los 137 niños para los que UNICEF reclama una evacuación inmediata de Guta Este ante el peligro inminente que corren sus vidas.
Esta semana el Comité Internacional de la Cruz Roja afirmó en un comunicado que la situación humanitaria en Guta Este ha alcanzado un “punto crítico” a causa de la falta de asistencia médica y la escasez de alimentos, cuyo precio se ha disparado por el asedio.
0 Comentarios