Huellas dactilares para identificar y multar a quienes arrojen basura: esta es la medida que han decidido implementar las autoridades en la provincia de Isparta, al oeste de Turquía, que quieren usar este método forense para poder perseguir a quienes ensucien espacios públicos.
Según informó la prensa local, la policía turca habría comenzado a emplear en Isparta equipos especializados en detectar huellas dactilares para identificar a quienes arrojan basura a sitios públicos tales como paseos, parques, centros religiosos o cementerios.
Tras recoger las huellas dejadas en los desechos arrojados -por ejemplo colillas, o vasos y botellas de plástico o cristal- y examinarlas en un laboratorio, el objetivo es identificar a los responsables de haber tirado basura a la vía pública, y a continuar iniciar procedimientos legales contra las personas identificadas, bajo los cargos de “contaminar el medioambiente de forma deliberada o negligente” o “causar daños a cementerios y lugares de culto”.
En los últimos años Turquía ha emprendido un esfuerzo por reciclar sus residuos sólidos urbanos, gracias a iniciativas como el “Proyecto Residuo Cero” (Sıfır Atık Projesi), impulsado por la esposa del presidente turco, Emine Erdoğan, y bajo el cual se ha logrado que la tasa de reciclaje aumente del 13% al 27% entre 2017 y 2022: en ese período, más de 4 millones de toneladas de plástico, 400.000 toneladas de metales, 1,5 millones de toneladas de residuos orgánicos y 1,7 millones de toneladas de cristal han sido recicladas.
El objetivo del gobierno de Turquía es que para 2035 el nivel de reciclaje de la basura se incremente hasta el 60%, y conseguir reciclar el 100% de los residuos generados en el país para el año 2053.
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