Varias organizaciones no gubernamentales que representan a distintos colectivos de las provincias del este y el sureste de Anatolia han firmando un comunicado conjunto en el que piden al grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que “se abstenga de actos violentos y ponga fin a la violencia”.
“Cada bomba (que explota) estrecha el margen para la política democrática. Cada muerte nos separa más de la solución. Rechazamos la violencia en su conjunto. Por tanto pedimos al PKK que abandone los métodos violentos y detenga los actos de violencia tan pronto como sea posible”, reza el texto rubricado por 61 firmas, incluyendo representantes de distintas ONGs de la región pero también académicos, abogados, empresarios y otras destacadas personalidades. Entre los firmantes está la viuda de Tahir Elçi, quien fuera presidente de la Asociación de Abogados de Diyarbakır, asesinado a finales de noviembre por varios asaltantes en un ataque del que el gobierno responsabilizó al propio PKK.
“Las bombas que han venido una detrás de otra en los últimos días han consternado profundamente a la sociedad, nos han empujado hacia la tristeza y al mismo tiempo nos causan preocupación. Condenamos los atentados que han provocado que numerosas personas murieran y fueran heridas”, añade el comunicado, en el que los firmantes apuntan al fallido golpe de Estado del 15 de julio como “una gran oportunidad para construir una base política democrática”.
“En este ámbito, pedimos al presidente, al primer ministro, a los líderes de la oposición, al parlamento y todas las instituciones y personas responsables, que den pasos que potencien el diálogo y la cooperación hacia la solución de la cuestión kurda... Estamos listos para apoyar todos los esfuerzos que busquen resolver la cuestión de forma pacífica, potenciar la reconciliación social y elevar más los estándares democráticos”, concluye el texto.
La iniciativa se produce en medio de una nueva escalada de ataques terroristas por parte del PKK en Turquía que han dejado decenas de militares y civiles muertos en los últimos meses, principalmente en atentados indiscriminados con coches bomba contra objetivos de la policía y el ejército en áreas urbanas. En declaraciones realizadas la semana pasada tras la explosión de un coche bomba en Elazığ –al este de Turquía- el primer ministro Binali Yıldırım afirmó que los últimos atentados que está llevando a cabo el PKK en Turquía demuestran la propia debilidad del grupo terrorista, que ha perdido su cadena de mando y está llevando a cabo ataques desesperados.
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