El tortuoso romance entre Sherezade y Onur que se relata en “Las Mil y una Noches”, traducción al español de la serie turca “Binbir Gece”, ha revolucionado el mundo de la televisión no sólo en Chile –donde se comenzó a emitir a principios de año- sino en toda América Latina, donde las producciones turcas están arrasando en una región considerada hasta ahora como tierra de exportación de telenovelas.
La historia de Sherezade (Şehrazat, en su nombre original en turco), una mujer viuda que a cambio del dinero que necesita para curar a su hijo decide pasar una noche con su jefe Onur -quien luego se enamora perdidamente de ella-, ha cautivado durante meses a los chilenos, con récords de audiencia no vistos en el país en años.
La serie, que rechazaron en un principio otras cadenas nacionales como Canal 13 en un momento en que las producciones turcas apenas eran conocidas en esta zona del globo, fue comprada por Mega, un canal chileno menor que desde entonces ha visto multiplicada su audiencia y sus ingresos; tras estrenarla en marzo en prime time, “Las Mil y Una Noches” se catapultó hasta convertirse en el programa más visto de 2014 arrastrando a toda la programación de Mega, que revirtió pérdidas y hoy es el único que obtiene ganancias en Chile, con varios programas relacionados con esta telenovela.
La buena jugada y el éxito cosechado por Mega ha llevado a otras dos cadenas chilenas a comprar series turcas: Chilevisión tiene previsto estrenar en enero "Tormenta de pasiones", mientras que Canal 13 iniciaba hace unos días la emisión de “El Sultán” (nombre que recibe en Chile la exitosa serie turca “El Siglo Magnífico”) también en horario de máxima audiencia y continuará con “Kuzey Güney” a partir de enero. Mega comenzó a emitir también el pasado verano “¿Qué culpa tiene Fatmagül?” tras la buena acogida del romance entre Sherezade y Onur, y próximamente estrenará también “Ezel”, otra producción emitida hace unos años en Turquía.
El fenómeno comienza a tener también su eco en el resto de América Latina, donde “Las Mil y Una Noches” se ha estrenado ya en Colombia y próximamente lo hará en Uruguay, Brasil, Ecuador y Perú. La serie ha sido vendida también a Argentina y Bolivia, que están contagiándose de este fenómeno televisivo y han contribuido a convertir a Turquía en el segundo mayor exportador de series de televisión del mundo -sólo por detrás de Estados Unidos-, según datos dados a conocer el pasado octubre por el presidente de la Asamblea de Exportadores Turcos (TİM), Mehmet Büyükekşi.
Pero, ¿qué es lo que tienen las series turcas que está cautivando a la audiencia latinoamericana? “La telenovela turca es excelente desde el punto de vista de historias, narrativa y elementos de arte y técnicos (...) El 'casting' es muy afín a nuestra región y muy atractivo, con un uso de exteriores exóticos que valoriza la producción y un extraordinario trabajo de cámara y dirección", destacó en declaraciones a la agencia AFP Francisco Villanueva, vicepresidente de la distribuidora con sede en Miami Somos Distribution.
Francisco Cortés, director de telenovelas de Televisión Nacional de Chile, destaca que las telenovelas turcas mantienen la esencia del melodrama clásico, con un predominio del romanticismo y una casi ausencia de escenas de sexo, en claro contraste con la tendencia más reciente en Latinoamérica, donde las series han derivado hacia la violencia y el sexo. "A la gente le gustó el típico formato antiguo, el guión clásico, el triángulo amoroso, donde los malos son malos de verdad y el bueno sufre durante toda la teleserie", subrayó.
La socióloga Manuela Gumucio, directora del Observatorio de Medios de Chile, confirma en señalar que las series turcas "tienen una cosa romántica muy tradicional, que en el fondo son estos esquemas universales que no envejecen”, mezclando historias contemporáneas con dramas propios de Oriente. Así por ejemplo en "Las Mil y Una Noches" Sherezade afronta la dura decisión de renunciar a sus valores morales para salvar la vida de su hijo, mientras que en "Fatmagul" la protagonista vive el drama de verse obligada a casarse con uno de sus violadores para poder mantener su honor.
En 2012 otra famosa serie, “Aşk-ı Memnu”, que dos años antes llegó a paralizar con su capítulo final la vida en Turquía, fue posteriormente adaptada en una versión hispana como “Pasión Prohibida” obteniendo también una buena acogida en el mercado latinoamericano, pese a que en aquella ocasión se trató de un “remake” con actores hispanos para el canal Telemundo que modificó notablemente la esencia de la serie original.
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