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Opinión

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Las tensiones entre Estados Unidos e Irán han escalado peligrosamente durante la pasada semana. Aunque ambos bandos niegan que la guerra sea inminente, cada día que pasa una confrontación violenta se hace más probable. La declaración más reciente vino del comandante general de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC) que dijo que su país estaba al borde de una guerra total con Estados Unidos y sus aliados.

Washington negó la afirmación de que estaba preparándose para desplegar 120.000 tropas en la región, pero tanto el Presidente Donald Trump como el Secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo amenazaron con destinar fuerzas mayores si fuese necesario. Las tensiones entre los dos países han estado aumentando desde que Estados Unidos golpeó a principios de este mes con sanciones económicas más duras contra Irán.

Washington permitió que las exenciones a las sanciones por el comercio de petróleo con Irán, de las que disfrutaban 8 países, terminaran. Teherán había amenazado con cerrar el Estrecho de Hormuz si los Estados Unidos bloqueaban la venta de petróleo iraní.

Todos los ojos se volvieron hacia Irán, por lo tanto, cuando tuvieron lugar “ataques de sabotaje” frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y se dirigieron contra un oleoducto en Arabia Saudí. Al no haber logrado asegurarse el respaldo de Europa, Teherán se movilizó para retirarse parcialmente del tratado nuclear. Washington respondió retirando a su personal de su embajada en Irak.

La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 fue el primer paso hacia la actual escalada entre Washington y Teherán. Trump había atacado el acuerdo de la administración Obama con Irán a lo largo de la campaña electoral. Cuando asumió el cargo, viajó a Riad, en Arabia Saudí, y formó un bloque anti-iraní en torno al infame orbe global.

Trump logró así forjar una asociación entre Israel, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. En mayo de 2018 Washington se retiró del acuerdo nuclear iraní, impuso sanciones más duras contra Teherán y pidió a los iraníes que cumplieran 12 demandas que Irán consideró completamente inaceptables. Finalmente, los Estados Unidos designaron a los IRGC como una organización terrorista. En palabras del líder de esa organización, este es el “punto más alto de una confrontación total”.

Así que, ¿hacia dónde van las cosas a partir de aquí? ¿Hacia la guerra, o a una admisión de derrota por parte de Teherán como preludio a las negociaciones?

Lo que Donald Trump quiere realmente es renegociar los términos con Irán. No obstante no es menos cierto que su círculo interno quiere contener a Teherán. Es más, países como Israel, Arabia Saudí y los EAU quieren que Estados Unidos enseñe una lección a Irán en su nombre. En otras palabras, los aliados de Trump tanto en casa como en el extranjero están en posición de iniciar una guerra con Irán.

Israel quiere eliminar a todos los adversarios poderosos en la región para garantizarse la continuación de su política exterior expansionista. Tras haber visto a Irak y Siria convertirse en Estados fallidos, Tel Aviv quiere ahora que Irán se suma en el caos. Aun así, los graves riesgos que implican una guerra con Irán llevaron a Israel a priorizar la eliminación de Hamás y Hezbollah por parte de los estadounidenses.

La preferencia del bloque anti-Irán es destruir la economía iraní a través de sanciones, eliminar a los agentes de Teherán en la región, y facilitar un cambio de régimen.

No obstante las élites iraníes, que han estado edificando una línea de resistencia durante cuatro décadas, pudieron prever hacia dónde se dirigen las cosas y están actuando, como sugieren los más recientes actos de sabotaje.

La resistencia iraní podría hacer el uso de la fuerza por parte de Estados Unidos y sus aliados más probable. En otras palabras, la actual escalada podría llevar a otra guerra en la región. Sin embargo la invasión de Irán implicaría un precio incluso más grande que el de Irak y Vietnam. Y resulta imposible para Trump soportar esa carga.

Debemos asumir, sin embargo, que existen defensores de un ataque nuclear táctico contra Teherán en Washington o en Tel Aviv.


 

Artículo traducido del original publicado el 18-05-2019 en la edición internacional del diario turco Sabah.

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