Breton Tarrant, el ultraderechista australiano de 28 años que durante dos años preparó las masacres cometidas este viernes en Christchurch –una de las ciudades más importantes de Nueva Zelanda- al disparar contra los fieles en dos mezquitas matando a 49 personas e hiriendo a otro medio centenar, llevaba sus armas y los cartuchos de munición escritos con nombres de sus ídolos antimusulmanes y fechas históricas de luchas contra el Islam, y tenía además una particular obsesión contra los otomanos, Turquía y los turcos.
Escritos en letras en alfabeto latino, cirílico e incluso georgiano, nombres, fechas y palabras aparecían escritos sobre las armas y cartuchos usados por el terrorista de Christchurch, todos ellos considerados por Tarrant símbolos de la “Eurocristiandad” o de la lucha contra el Islam a lo largo de la historia, incluyendo varias referencias a las Cruzadas o a las guerras entre la Europa cristiana y el Imperio Otomano.
Entre esos nombres figuraban el de Carlos Martel –el líder francés que frenó la invasión musulmana de Europa en la Batalla de Tours (año 732)- o el de Pelayo, considerado en España el héroe de la Batalla de Covadonga y el iniciador de la Reconquista.
Admirador confeso del presidente estadounidense Donald Trump y de Anders Breivik, el autor de la llamada Masacre de Oslo, Tarrant estaba especialmente obsesionado con todo lo turco y había escrito también en su arma la palabra “Turcofago”, usada por las milicias griegas que combatían a los otomanos. También puede verse el nombre de Josué Estébanez, un neonazi español acusado de asesinar en 2007 en el metro de Madrid a un manifestante antifascista.
También aparece escrito en uno de los cartuchos de munición en letras grandes Vienna 1683 (Viena 1683), en referencia a la fecha del asedio otomano a la capital austriaca, donde los turcos fueron derrotados frenando su avance por el este de Europa e iniciándose a partir de entonces su declive militar.
Un manifiesto racista lleno de referencias a los turcos
Un documento escrito dejado por el autor de la masacre de Christchurch a modo de manifiesto ideológico, muestra que Tarrant tenía un profundo sentimiento xenófobo y antimusulmán, y que tenía una fijación especial con los turcos. El documento menciona términos habitualmente utilizados por el discurso supremacista blanco o los movimientos neonazis, tales como “genocidio blanco”, usado para referirse a la llegada de inmigrantes y musulmanes a Europa.
De hecho el texto de 78 páginas tiene una parte titulada expresamente “A los turcos”, en las que el asesino amenaza a todos los turcos que viven en la parte europea de Turquía así como en el resto de Europa, indicando él mismo que el lugar donde se permitirá a los turcos vivir de forma segura será “al este del Bósforo” (donde comienza el continente asiático).
“Vamos a por Constantinopla y destruiremos cualquier mezquita y minarete en la ciudad. Santa Sofía se verá libre de minaretes, y Constantinopla pertenecerá por derecho una vez más a los cristianos”, señala en el texto.
También menciona el autor de la masacre a Recep Tayyip Erdoğan, diciendo que el presidente turco debería ser asesinado cuando visite a la minoría turca en Europa, a los que Tarrent define como “sus soldados étnicos que ocupan actualmente Europa”.
Según el autor de la masacre, la muerte de Erdoğan servirá para separar a los “turcos invasores que actualmente ocupan nuestras tierras” de los europeos étnicos, debilitando la influencia de Turquía en Europa. También subraya que la OTAN debería convertirse en un ejército europeo y que Turquía debería ser expulsada de la organización para “regresar de nuevo a su lugar de una potencia extranjera y enemiga”.
En otra parte del manifiesto que titula “Europa para los europeos”, el asesino promete acabar con todos los “invasores” de Europa, ya sean “gitanos, africanos, indios, turcos, semitas o cualquier otro”.
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