Tras unos intensivos trabajos de restauración que lo han mantenido cerrado al público durante tres años, el monasterio bizantino de Sümela, uno de los candidatos más importantes de Turquía a ser reconocido Patrimonio Mundial de la Humanidad, reabrirá parcialmente sus puestas al público este mismo mes de septiembre.
Sümela se encuentra actualmente en la lista provisional de la UNESCO, por lo que en 2015 las autoridades turcas destinaron 152.000 euros a un proyecto para renovar este impresionante lugar, ubicado en una zona montañosa al este del Mar Negro y donde desde 2010 las autoridades turcas permiten que se lleven a cabo una vez al año –a mediados de agosto- una ceremonia religiosa cristiana ortodoxa.
El monasterio destaca por su ubicación, construido en un espectacular corte de la roca en el monte Karadağ, a 1.300 metros de altitud sobre el Valle de Altındere, en el distrito de Maçka de la provincia turca de Trabzon. Además de la Iglesia de la Roca y varias capillas, en Sümela nos encontramos con las antiguas cocinas, las estancias de los monjes, una antigua biblioteca y una fuente sagrada reverenciada por los cristianos ortodoxos.
Sin embargo Sümela había permanecido en su mayor parte cerrado al público desde 2015 a causa de las labores de restauración y acondicionamiento, complicadas por la ubicación y la altura a la que sitúa este antiguo complejo monástico.
Como parte del proyecto encargado por el Ministerio de Cultura y Turismo, la estructura rocosa que rodea al monasterio fue sometida a un estudio y varios expertos procedieron a retirar las rocas que suponían un peligro para la estructura y las personas, en especial una enorme roca de 600 toneladas.
Ahora y según han informado medios turcos, la antigua capilla del monasterio, uno de los lugares más visitados por los turistas por sus numerosos frescos bizantinos, será reabierta al público este mes de septiembre y los turistas ya podrán visitarla. No obstante no será hasta 2019 cuando Sümela reabra por completo, una vez terminados todas las obras, y quienes lo visiten puedan recorrer sus viejas estructuras ya conocidas y otras nuevas descubiertas durante la restauración.
Entre ellas destacan un pasadizo secreto hallado en la parte superior del monasterio, así como nuevos frescos que hablan sobre la vida y la muerte y el Cielo y el Infierno, o las llamadas “habitaciones del sufrimiento”, que con las obras acometidas podrán –ahora sí- ser visitadas por el público.
En total se han descubierto 10 capillas en Sümela, muchas de ellas accesibles únicamente a través de estrechos pasadizos por los que sólo cabe una persona. Gracias a la extensa renovación acometida y al descubrimiento de nuevas estancias, el tiempo estimado de visita al monasterio se prolongará hasta las 2 ó 3 horas.
Fundado en el año 386 bajo el emperador romano Teodosio, aunque su construcción actual se remonta al siglo XIII durante el reinado del emperador bizantino Alejo III, el monasterio de Sümela se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la región turca del Mar Negro.
Cuando cerró sus puertas en septiembre de 2015, unas 500.000 personas visitaban cada año Sümela, 100.000 de ellas extranjeras; unas cifras de turistas que prácticamente se han mantenido a pesar de que el monasterio ha estado cerrado al público, y que las autoridades locales creen que aumentarán con el fin de los trabajos de restauración y aún más si finalmente el lugar obtiene el reconocimiento de la UNESCO.
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